Tenemos la ventaja de producir a contra estación respecto del hemisferio norte, compitiendo con pocos países y accediendo a tratados internacionales. Puede que estas ventajas geográficas, en el futuro no sean suficientes para liderar el sector frutícola.
La oportunidad de Chile es única: si tenemos éxito, superaremos los USD 9.000 mm exportados al 2030 y mantendremos un liderazgo productivo en el hemisferio sur. Para eso, debemos destinar recursos desproporcionales a China, que no es tan solo el mercado más relevante, si no que el de mayor crecimiento potencial. La prioridad de Chile en los próximos años, es proteger el patrimonio fitosanitario, robustecer la sustentabilidad del sector y potencial la digitalización, datos y tecnología del sector.